lunes, 5 de marzo de 2018

Gustavo Wojciechowski (Yauguru Maca) - Uruguay


Foto: Fabricio Estrada



REPARTIDO

Una parte de mí flota en el orgullo
de haberte tenido
–perro que lleva la pelota en la boca–
La otra, nada en el silencio
como en un mar de escombros
sin orilla.
Una parte se sonríe en tu sonrisa
como si fuese mía
la otra ya ni sabe dónde queda
mi boca.
Una parte fogata y la otra
todos los fósforos mojados.
Una parte es contradictoria mientras la otra
le lleva la contra.
Una parte mía ya no es mía
la otra se acuerda.





AUTOESTIMA

Siempre seré un terraja / un pendejo
terraja / y esto no amerita poema alguno /
lo digo para no olvidarme / para que mi yo
más pendejo no lo olvide / ni haga de cuenta
el muy farsante / aunque no habrá como evitar
una hilacha sobresaliendo mismito
la mala calidad de segunda mano / desde chiquito
tengo un agujero en la media por donde se me escapa
la dicha / un buen verso si lo hubiera / la maravilla
puede pasar por entre mis bigotes pero yo
estornudo / no hay como desatar tal confusión / ni sé
si debo tratarte de usted / ¡cuándo te vas a avivar! / ese ignorante
soberbio / ese soberbio ignorante / pobre diablo
/ pendejo / con este yo puedo hacer una manifestación
multitudinaria / y hasta ponerme contento de creérmela /
qué pedazo de pendejo / cualquiera de todos mis terrajas /
mi yo





PIEDRA

Tengo incrustada mismo una piedra en el pecho deshecho
Si me la arranco a punta de pena propia muy propia
: ¿qué buraco cráter oh me taladraría? sería mismo una boca
o cráter buraco puro agujero fiero muy fiero culo por donde pasarían
perros peleándose los pelajes colmillos el miedo mismito el miedo
–si lograra arrancármela– : todos los vientos endemoniados pasarían
por el agujero de la piedra un pescado muerto y sediento
pasaría el fuego el último pájaro enero entero o el vértigo
de caerme para adentro del ahí yo que soy simplemente
el borde de mi agujero





Aunque no lo quiera
e intente todo lo contrario
todo lo que pueda decir o escribir
sonará cruel y despiadado
pero si guardo silencio
sonará cruel y despiadado



He perdido mi sombra. Un whisky.

Lo comprobé hoy de golpe mi cara contra el suelo.
Con el segundo comprendo que me hace falta. Es realmente rico.
¿Me la podrías devolver? Aunque no creo que puedas. Al tercero:
está en un buen lugar, puedo andar sin piel. Pero cuídame.
Ni sombra ni piel ni ti. Me quedaría escribir… ¿para qué?
Ya no quiero más. Mi sombra dice que no me preocupe. Que en todo caso
el problema es de mi piel. Mi piel dice que sí, que el poema es el que jode.
¿Y yo? Ese no es problema mío dice mi sombra que dice mi piel
que dijo su sombra. He dejado de tomar. Por ahora.




Sanar
requiérome sanar / cambiar
de piel / morder mis dientes / arrancarme las uñas
de la culpa si hubiera rencor / matar la desilusión rematar
lo que había pensado que pudiera ser /
sanar / porque ya no tengo palabra
que diga lo que decía la palabra
/ pedregullo del orgullo se quedan garganteándome
lo que regurgito y vuelvo a regurgitar como dos vacas /
sanar / defecar cada cosita sin miramientos
lo que ya no es / hacerme de nuevo / otra cosa /
sacarme afuera / todo / sacarme afuera
afuera





VIENTOS

Todos los vientos revientan en el agujero que tengo el pecho
cada cual silba un tango y llora
y nada se les entiende pero siguen y siguen silbando
y me inundan el pecho y se producen oleajes terribles como tangos
 y no hay caso
así me montevidean los vientos



La ciudad, una gran cáscara habitada por desmemoriados fantasmas. Todo ha cambiado. Ya han venido caras extrañas. Nadie de los que conocía es el que conocía. Yo también debo ser otro. Paso entre ellos sin que nadie levante la vista. Yo: un alguien que ni siquiera los fantasmas reconocen.


Todos están muertos. No hay nadie que pueda desmentir o atestiguar lo que afirmo. Todos murieron. ¿De qué me sirve saber lo que creo saber? Puedo mentir descaradamente, puedo decir cualquier cosa y en realidad estoy mudo, manejo un idioma que nadie puede entender. Nadie puede escuchar. Si estuviera solo estaría un poco más acompañado.

Sólo quisiera que alguien me abrace en la cama y me diga al oído: tranquilo, quédate tranquilo, duérmete… no tengas miedo… ya no va a amanecer.



Hay tristezas que no son tristezas
se nos meten entre el elástico
de la sábana de abajo y el colchón
no las vemos
mientras flamea contenta la de arriba
por todos tus mares
por todos mis cielos.

Una vez que se aquieta la blanca alfombra
ya no hay calma.



La tristeza ovillo gatuno en la punta de la lengua.
Cuidado.
No quiero morder.
Sólo trago saliva con forma de letras.



Tu boca es el estuario donde me zambullo desnudo.
Tu saliva el más dulce de todos los ríos.
Rio mientras me arrulla me acaricia me hace de nuevo y mejor.
La felicidad manso horizonte, sábana mágica.
A veces entra bravío el oleaje del océano,
me revuelca por las gruesas arenas y las rocas filosas.
Tu lengua la barca donde navego como puedo.
Todos los lenguajes.
Soy el más lunático de los mortales.



Y yo que me creía tan tierra soy apenas un satélite de tu luna.



(Podría haberlo dicho así:)

tu boca era mi palacio y yo me pierdo
en tu sonrisa como en la mejor de las habitaciones
lunático y maravillado
46 veces
y aunque ya no te tenga te tengo.

(Pero sólo hizo silencio)








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