domingo, 25 de octubre de 2015

Tres proyectos que acompaño por estos días en Honduras

La producción cultural en el ámbito artístico y académico hondureño está tomando el toro por los cuernos, un toro furioso que se va encima de cuanta creación pretende elevar el pensamiento a estatus de negación de la barbarie. Y como de negar se trata, se comienza por negar que la anunciada antología de Edgardo Florián era un mito urbano; la editorial Casasola que coordina el narrador y cineasta Óscar Estrada ya está dando vueltas por aquí, rescatando en una sola compilación los cuatro poemarios de Florián, este poeta hermano imprescindible para entender todo ese lenguaje que, desde Casa Tomada en los noventas, vino a redefinir la poética de mi generación y a darle al underground más puro de Tegucigalpa voz, neón y carácter poderoso para fabularlo. 

En el 2008 Florián permitió que le hiciera una serie de fotos que, poco a poco, se fueron convirtiendo en una acumulación de rubores y agresivas pupilas. En ellas registré a Florián en una tarde de ausencia, un domingo de nebulosas en las que nada quedaba oculto: poeta a flor de piel, contradicción y brutalidad, asfixia y redención por medio de la palabra, una serie que mantuve en resguardo a espera de que el mismo poeta me indicara cómo utilizarlas. Los editores de Casasola propusieron que acompañara la antología, y aquí está, dándome la alegría de acompañar con mis fotos los poemas que me hicieron crecer y la hermandad que tantos abismos me ha dado para conocer el vértigo.






La segunda buena noticia es el lanzamiento de la segunda edición de Lastiri, esta preciosa revista que Ariel Sosa ha diseñado y diagramado. En ella se muestra el trabajo colectivo que hicimos Délmer Membreño, el mismo Ariel Sosa y yo, en un proyecto impulsado por Fernando Reyes y Mayra Oyuela, en el tema transgénero. Santísimas toma luz y cuerpo aquí junto a un excelente como diverso contenido. Voy aquí entonces, con fotos y con dos textos: una reseña sobre Memoria y Apuntes de Froylán Turcios y una crónica sobre la muerte de nuestro querido poeta Rigoberto Paredes.





 La tercera muestra de estos días productivos en Honduras, está en el lanzamiento de la Revista El Zángano Tuerto, que contiene serios artículos sobre historia e investigación social de parte de conocidos historiadores contemporáneos, así como una pequeña muestra de poesía que sirve de corolario a tan digno esfuerzo impulsado por el escritor Albany Flores y el historiador Edgar Soriano. Un poema mio, Predistigitación, cierra la revista. El poema forma parte de Sur del Mediodía, el poemario que me fue publicado por Casa de Poesía -Costa Rica, en el marco del XIV Festival Internacional de Poesía, Costa Rica 2015.

¡Hay razones suficientes para celebrar, entonces!


lunes, 5 de octubre de 2015

Dos inclusiones de octubre, Fabricio Estrada


El poeta hondureño José Luis Quesada, con un ejemplar de Sur del mediodía, en su reciente visita a Costa Rica. Foto: Dénnis Ávila.


 Dos fases en el tiempo de mi poesía se juntan en octubre: la publicación de Sur del mediodía por el Festival Internacional de Poesía de Costa Rica 2015 -del cual participaré a partir del 10 de este mes-, y la inclusión de textos de mi autoría en la antología Muerte y Poesía, de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, México, llevada a buen puerto por el poeta Roberto Arizmendi y la poeta Lina Zerón.