martes, 19 de noviembre de 2013

La cascada de Jerjes

Bien mirado la situación exacta da como cien lecturas diferentes, todas inexactas. Miro a mi alrededor inventándome una especie de montículo para describir lo que pasa: pasan miles de coloridos simpatizantes, como barcos en Salamina. Entonces soy Jerjes inquieto y el mar está bravo. Pasan miles de banderas y se arremolinan. Ahora sí. Miro más claro. Las situaciones inexactas comienzan a mostrarse más simples de entender: es cosa de ascos y de alergias.

Ya son cuatro años en permanente organización y cada organización que nace pretende atrapar y darle nomenclatura a una porción del universo. Nuestro universo es pequeño cuando creemos haberle domado una cola o un ojo... el resto del animal universal sigue su acometida contra el tiempo. Ya son cuatro años y hemos domado parte de la energía natural por mucho tiempo dispersa. Es como un río el río que pasa y bien lo dice Manfredi cuando habla de qué tipo de recipiente hace falta para atrapar la cascada formada por un río impetuoso: "qué importa que sea un vaso o una cisterna lo que tenemos para atrapar la cascada... la mayor parte se perderá..."

Está bien, está bien... un sistema organizado es un vaso y una cisterna a la vez, algo que nunca atrapará por completo la fuerza de la vida. ¡Pero qué delicia es tomarse un vaso de agua en medio de tanta sed! ¡Y la cascada da para tantos y tantas!...

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