lunes, 28 de marzo de 2011

Carlos Fonseca Grisgby (Nicaragua)

Diecisiete

I

Con el mismo desaliento de una estrella
que de repente pierde su marbete,
mi rostro se apergamina
y se disipa el chorro de la infancia.
La virginidad de mi alma se evaporiza
para luego transformarse en una única lluvia.

Nadie se toma la vida en serio a los diecisiete.

Una súpernova es mi corazón.

(Entre el soto de mis ojos anda una pantera
¡Ó simetría perfecta!
es la noche hecha animal
devorándome
bajo la noche de mis ojos)

II

Nadie se toma la vida en serio a los diecisiete.

Es la edad en que mi risa ya no conmueve al corazón de la nada
y mi cuerpo aún no es el cadáver de un ahogado que flota en el río del tiempo-
en que la sonrisa de la muerte aún no muestra sus dientes de amalgama-
y en mi corazón hay tanta sustancia de sombras
que podría convertirme yo en el obrero de un abismo.

Es que entre tanto silencio agrietad, entre tantos gestos eléctricos,
a veces pareciera que mi sombra asusta y pajariza al sol
y es una sombra que habla con otras sombras
sobre el tiempo en que ellas dejaron de conmover al corazón de la nada;
sobre cómo aprendieron la orografía de los cuerpos
y el culto del beso
 el rito del tacto
y el lenguaje de la mirada hambrienta.

(Aaaaah... Sí. También hay días -esto ocurre recientemente-
en que en el momento exacto en que muestra su cuerpo embalsamado
el alba, me parece que con mis párpados, y bajo mis cejas,
el silencio ha abierto sus ojos)

III

Entro en la noche como entra un nadador en la ola;
y retirado a esa oficina nocturna, sueño.

(Nadie toma la vida en serio a los diecisiete)

Sin embargo, Hoy,
después del retrato de la soledad
-un columpio que se queda meciendo solo, solo)
y debajo de la palabra vida,
sobre un pedestal que heredó la tiniebla
mi sombra besa las muñecas de la claridad.

El mundo es el sueño que se escapó de mi cráneo
y se desnudó en el río de la materia.

Las cosas ya escriben su poema en Mí.


(Carlos Fonseca Grisgby nació en Managua, en 1988)