lunes, 14 de febrero de 2011

Día trágico: mueren 14 en accidente aéreo en Tegucigalpa

No escuché al avión ¿o lo escuché? Salía de casa, iba en el taxi, llevaba los audífonos, no, no lo escuché. Bajaba el taxi como a 60 km/h al mismo tiempo en que bajaba el avión. No miré el avión, miré el techo de nubes bajísimo, había frío, pero no escuché los motores cuando estaba dando la vuelta intentándolo de nuevo sobre Tegucigalpa.


Desde mi oficina se ve directamente a las antenas del Cerro de Hula. "Desde ahí se ve el mar", pienso siempre. Pero hoy llegué tarde y el avión ya había caído. Pude haberlo visto, pude haberlo escuchado. En 1989 murieron 121, vivía en Sabanagrande y la noticia competía con la ofensiva del FMLN en San Salvador; hoy fueron 14 y entre ellos Israel Salinas, el compa, líder sindical de la CGT. La noticia estaba limpia, como un campo de zacate dulce en la cual todos los aviones desearían aterrizar, suavemente, entre canciones.


No escuché el avión. Vi las nubes. Escuché su nombre entre los muertos, entre ángeles enlatados que de pronto cayeron.


Hasta siempre, compa Israel.






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