martes, 4 de mayo de 2010

Comezón de la verdad se riega por todo Tegucigolpe



¿La verdad? Pues es como una mascota marciana, tiene clavos en lugar de pelos y deletrea cada palabra para decir me duele el pueblo en todo el cuerpo... ¿La verdad? Come ansias y no quiere conocer la vida desde una celda, a menos que tenga un LCD del tamaño de la pared o una LSD con efecto super nova.

¿Seguimos hablando de la verdad?
¿Y qué se puede decir de semejante mastodonte más que pasta en el bosque de las corbatas y en los acrónimos de la impunidad? OsEA que es ósea y cartilaginosa y viene empaquetada con fecha de expiración para diez años.

Es decir, la verdad no remenda zapatos ni cura con pomaditas los toletazos. La verdad no se suelta a correr entre la asfixia de tantos y tampoco lleva el escapulario que Oscar Andrés Rodríguez le regaló a aquel prometedor seminarista que ahora es capitán de la guardia pretoriana de San Miguel Arcángel...¡Ah! ¿Sí?

La verdad es que nadie puede considerarse así mismo un Álvarez en toda regla sin antes haber sacado a una humilde mujer de su covacha, en plena madrugada, para que mire las estrellas e interprete su morse de espanto. Es difícil ser un Álvarez y cargar con tanta responsabilidad.

¿La verdad? Se mataron periodistas, se mataron campeños, se mataron estudiantes, enfermeras y chavitos que le gritaban a los chepos que ellos preferían estudiar y aprender para chepos nunca ser. Se persiguieron en ráfagas. Se hundieron 42 puñaladas en el cuerpo de Pedro Magdiel Muñoz, se arrastró a decenas a un cuartito del batallón Cobra y luego se les tiró gases pimienta y otros perfumes peruanos, se les aplastaron las manos, les quebraron las cotillas; agarraron a Renán y se lo comieron vivos, los muy cabrones!

Micheletti y Lobo Sosa son amigos de la verdad, sí. Comen con ella y le dan migajitas de pan. Creen ver en ella a un primoroso periquito australiano que les saca un papelito alentador, una notita discreta de Obama que dice: my partners, Harlem is a souvenir that i carry in my soul...¡Boubu túgu!

¿La verdad? La verdad no es mucha. Es poca cosa. Sirve para crear comisiones y hartarse de aburrimiento. Contar tanto muerto aburre. Sólo antier mataron a seis muchachitos en Los Pinos, y la semana pasada a otra tendalada. Mañana el Tigre Bonilla apunta a otros y Billy Joya le recomienda calma, aunque Elvin Santos les diga que lo hagan ahora, que si lo hubieran hecho antes de las elecciones y en masa, él les tendría ahora mismo cama y mesa de por vida.

La verdad, la verdad, la verdad, verde verdad.

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