jueves, 11 de febrero de 2010

Hierosolyma - Jerusalem caída

Los tesoros de Jerusalem, que se muestran como botín en el Arco de Tito aún en pie en Roma, han sido objeto de mil conjeturas a la hora de determinar su destino. Hay un hilo conductor que puede ser tomado a partir de la toma de Roma por Odoacro: los vándalos saquearon el templo de Jupiter Optimus Maximus en el Capitolio (donde se guardaban incontables tesoros producto de las campañas victoriosas romanas a través de los siglos).

Al salir de Roma, los vándalos se dirigieron hacia la Galia y ahí se dividieron en dos. Unos tomaron rumbo a Britania (y con ellos el tan afamado Santo Grial y su consecuente éstímulo a la familia Saint Clair, familia que aseguran muchos fue la depositaria de tal mito) y los otros, junto a Odoacro, hacia el norte de África, donde fundaron el Reino Vándalo después de asaltar Hypona, ciudad del teólogo San Agustín.

Pues bien, muchas fuentes aseguran que Genserico -uno de los jefes vándalos- se llevó consigo el Gran Menorah del Templo de Jerusalem y el Arca de la Alianza (por eso Indiana Jones la encuentra en el desierto ¿recuerdan?) y pasados casi doscientos años, ésta les fue arrebatada (junto al Reino Vándalo) por Belisario, el gran general bizantino, quien mandó los objetos sacros hacia Constantinopla, donde fueron resguardados en Hagya Sophia hasta la caída de la ciudad en 1453, a manos de los turcos otomanos.

¿Y qué pasó después? Ahí es donde comienza el picantito: la Guardia Imperial Varenga, cuyos efectivos provenían del reino de Kiev y otros de Escandinavia (recordemos que los vikingos suecos fundaron el reino de Rus, la actual Rusia, cuya centro de poder era Kiev)logró escapar con "algunos" de los objetos sacros y se los llevó a su tierra, la cual tomó por transferencia, todos los valores del patriarcado ortodoxo de la iglesia griega y asentó en ellos el poder de los zares.

Bueno, no se debe olvidar que todo esto es conjetura, conjetura fascinante pero conjetura, por lo mismo tanto no se debe descartar que los genoveses y venecianos -que también defendieron Constantinopla en su caída- pudieron llevarse el pez más gordo a sus respectivas ciudades (los caballos de bronce del hipódromo de Constantinopla son los que ahora adornan la Catedral de San Marcos en Venecia, por ejemplo), o que el "sentido histórico" haya calado a fondo y se haya tranferido -en un hipotético espíritu místico- en la gran aventura emprendida por Cristophorus Columbus... y si vamos más allá, hacia allá fueron (hacia la América descubierta) los judíos expulsados de España, tras la estela de lo anhelado: su tierra prometida.

Es facil disgregar, pero vale la pena. Empecemos mejor por el principio.

F.E.



"La Primera Guerra Judeo-Romana, también llamada Gran Revuelta Judía, fue la primera de las tres principales rebeliones de los judíos de la provincia de Judea contra el Imperio Romano.

Comenzó en el año 66, a causa de las tensiones religiosas entre Romanos y Judíos. Terminó cuando las legiones romanas, comandadas por Tito, asediaron y destruyeron Jerusalén, saquearon e incendiaron el Templo de Jerusalén (en el año 70), demolieron las principales fortalezas judías (especialmente Masada, en el año 73), y esclavizaron o masacraron a gran parte de la población judía.

Conocemos los detalles de esta revuelta por el relato de Flavio Josefo, un jefe militar judío que, tras rendirse a los romanos en el 67, pasó a formar parte del séquito del general Tito, asistiendo al desarrollo de la campaña desde las filas romanas. Es por tanto un testimonio de excepción, de alguien que ha vivido el conflicto militar desde los 2 bandos.

En el capítulo 18 de su libro VII, Josefo hace un resumen de la historia de Jerusalén y su caida...


"Así, pues, fué tomada la ciudad de Jerusalén el segundo año del imperio de Vespasiano, a ocho días del mes de septiembre, y habiendo sido antes tomada cinco veces, ahora fué del todo destruida.

El rey de Egipto Asocheo, y después Antíoco, luego Pompeyo, y después Sosio y Herodes, la tomaron también y la conservaron; pero primero fué destruida antes por el rey de Babilonia, después de mil trescientos sesenta años, ocho meses y seis días después que fué fundada.

El primero que la edificó o fundó fué un poderoso cananeo llamado Melchisedech, que quiere decir varón justo en lengua de la patria, y era ciertamente tal; por lo cual fué el primero que sirvió y administró a Dios el sacerdocio, y comenzando éste a edificar el templo, llamó la ciudad Jerusalén, porque antes se llamaba Sol ima.

Echado después el pueblo de los cananeos, el rey David la entregó a su pueblo, y cuatrocientos sesenta y cuatro años después y tres meses más fué destruida y derribada por los de Babilonia.

Después del rey David, que fué el primer rey judío que reinó en ella, hasta esta destrucción hecha por Tito, pasaron mil ciento treinta y nueve años, y de su primera fundación hasta su última destrucción, dos mil ciento setenta y siete años, pero no le valió, en fin, su antigüedad. ni sus riquezas, ni la fama divulgada por todo el universo, ni la gloria grande de su religión, para que no fuese destruida y pereciese; éste fué, pues, el fin del cerco y destrucción de Jerusalén.

No teniendo ya el ejército a quién matar, ni qué robar, porque a la ira que en sus ánimos contra los judíos tenían todo parecía faltarles, pues por más que tuvieran otra cosa en qué ocuparse lo dejaran de hacer, mandóles Tito que acabasen de destruirla toda y todo el templo también, dejando solamente aquellas torres que eran más altas que todas las otras; la una de Faselo, la otra de Hipico, y la tercera la de Mariamma; y tanto también del muro, cuanto cercaba la ciudad por la parte de Occidente. Este por que sirviese de fuerte a los que quedasen allí de guarnición, y las torres para que mostrasen a los que habían de suceder en los siglos por venir, qué ciudad y cuán guarnecida y abastada de toda cosa hubiesen ganado y sujetado los romanos.

Derribaron todo el otro cerco de la ciudad, y de tal manera la allanaron toda, que cuantos a ella se llegasen apenas creerían haber sido habitada en algún tiempo.

La imprudencia y locura de los revolvedores del pueblo y de los que amaban innovar las cosas, fué el fin y destrucción de Jerusalén, ciudad muy principal y de gran nombre, loada y predicada entre todos los hombres del mundo."



Tomado de:

www.historiaclasica.com

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