sábado, 18 de julio de 2009

País perdido, Allan McDonald





Por guardar ese emblema divino
marcharemos ¡Oh patria! a la muerte;
generosa será nuestra suerte
si morimos pensando en tu amor.


Se escuchan las voces cantando el himno nacional, todos juntitos en el centro de la multitud, todo el viento abraza a la chusma, a los que se saltaron la tapia del trabajo para estar en la defensa de la patria, con su pañuelo del doctor Guevara, todos cantando, todas las bocas con dientes torcidos, montados, cariados, de oro, la voces de los vendedores de conos, de los albañiles, de los mercaderos, de los estudiantes, de los carpinteros, de los que hacen adobes, de los taxistas de taxi ajeno, de las vendedoras de tajaditas, las voces de los profesores, de los intelectuales que cantan con su estilográfica pluma fuente, el canto de los tristes, de los nostálgicos, los necios, los madres solteras, de los que cantan con hambre, con sed, con ganas…

Defendiendo tu santa bandera,
y en tus pliegues gloriosos cubiertos…



Todos cantan, el grito de amor por las 5 estrellas, los solteros, los chavalos, los cipotes, los que saben leer el latín y a Borges, los que solo leen los anuncios de empleo, los universitarios, los sin gracia que llegaron hasta 3 grado, los sindicalistas, los obreros sin camisas, todos con carteles destartalados hechos a pura manos temblorosa por la goma, “avajo el dictador, avajo el golpista”, todos con errores, porque la dignidad se escribe con guevos, no con mecanografía perfecta.

Las guirras bonitas, con su pañuelo en la frente, con la bandera roja en las espaldas, con las caderas vírgenes en marcha, los campesinos sudados a olor a tristeza, el olor de las 5 de la tarde que tiene la tristeza y ese olor a mierda que tiene la miseria, todo el viento tiene olores sacrílego para la burguesía, acá se suda hombro a hombro, acá esta la revolución, acá nadie es marxista, pero acá esta la fuerza del proceso histórico, acá se pario la utopía sin socialismo, acá nació la esperanza sin el romanticismo, acá se encendió el motor de la dictadura del proletariado, acá se paso de la decadencia a la gloria, sin pasar por la historia, acá… todos juntos cantamos el himno, la canción de la patria, todos con dignidad de frente al pelotón frio, los policías de verde olivo con sus escudos metálicos, que la mirada es un cuchillo torcido por el sol que no vende, que no se rinde.
Las marchas no se detienen…

Los camisa blanca, cantan el himno burgués de la alegría, ese otro himno que le robaron a Beethoven para cantarlos entre maricas y arrastrados del poder espurio, con sus sonrisa nítidas, con camisas de almidón, blancas como la conciencias sin usarse, con relojes matemáticos, con lentes de Gucci para no tapar el sol con un ojo, con guardaespaldas, por si cae una piedrita comunista, caminan con estilo, como desfilando en la pasarela del glamur golpista, todos con sus pancartas perfectas en letra gótica y luminosas, en laminados y en neón, se ven lindos ellos, piel tersa, rosadita, y las niñas árabes, con sus dientes con ortodoncia para la perfecta sonrisa maldita de la mentira, ensayaron los pasos para no desperdiciar el tacón nítido de zapatos Nine West, guapas las idiotas que jamás se les cae el rímel de Lancome, todos de banquito, como para decir que acá hay paz, esa tonta materia inventada por un vendedor de sueños, allí están ellos abrazados con los militares, con los golpistas mercaderes de la democracia, con los curas pederastas que se encaraman en las masas como para alcanzar al Dios de derecha que ellos tienen, mientras en sus pechos lampiños esta el crucifijo, el Cristo de izquierda, que le estorba la basura que huele a Chanel .5.

Adelante los tanques marchan como un en carrusel de terror.

El dictadorzuelo, brinda con champagne, disfruta y ve por la ventana el mundo lejano.
Las paredes son los periódicos verdaderos, la verdad está allí.
Las iglesias se persignarán con el oro burgués
El purpura del cardenal es un destello dorado en la moneda del extorsionador.
Los derechos humanos tienen neuronas de goma, las balas llueven bajo el techo azul de la historia.

Obama le ve el culo a una muchacha en Brasil.

Tegucigalpa se hunde, Honduras no existe.
Somos un paisito perdido en la conciencia del mundo.

Serán muchos, Honduras, tus muertos,
pero todos caerán con honor.

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